miércoles, 19 de octubre de 2016

LA 109ª ,CON DULCE RESACA POST-MARATÓN

Ya hacía un par de meses que me había inscrito a la Media Maratón de Mollerusa, más por "tradición" y ver a los amigos que he hecho allí que por estar convencido de que una semana después de la maratón, mis piernas y mi cabeza estarían con ganas de "apretarme" 21 kilómetros a ritmo exigente.
Estuve sin correr toda la semana,, incluyendo una buena sesión de descarga con mi fisio Javi, que me hace ver las estrellas pero que me alivia cuerpo y mente.
El viernes tomé la decisión ,  no sé si la más inteligente pero sí la que decía mi corazón, que muchas veces es a la que hay que hacer caso, de bajar a correr.
Así que le envié un mensaje a Juli (Presidente del Xafatolls) para decirle que bajaría a "darme una vuelta" por Mollerusa y sobre todo por verle y darle un abrazo.
No pude remediarlo y aunque no debería ser mi labor, a uno le sale la vena "reponsable" y una vez más cité a todos los socios que estaban inscritos  a la carrera, el domingo a las ocho menos cuarto de la mañana en la sede del Club para bajar y posteriormente hacer la foto de equipo.
Tras la recogida de dorsales y el café, a los coches a cambiarnos de ropa.
De nuevo y como el domingo anterior en Budapest, ha salido una mañana soleada, con una temperatura muy agradable que va a permitir correr de corto y tirantes, hay que aprovechar.
Tras la foto nos vamos situando tras el arco de salida.
He hablado con Raquel y le he comentado que voy a intentar acompañarla hasta donde mis piernas me digan basta.
Vamos, que hoy tengo claro que mi labor va a ser esa de gregario ciclista puro y duro, exprimirme al máximo hasta que no me quede nada y luego quedarme y acabar lo más digno posible.
Me despido de los compañeros del Club y al sonido del disparo arranco mi 11ª participación en Mollerusa, con una participación de más de 700 corredores (más de 500 en la media maratón, y el resto en un 5K....bravo por ellos).
Los primeros metros siempre son de tensión para coger posiciones y más si estás rondando por los puestos delanteros, en los que algunos parece que les va la vida.
Cuando se abre un poco la carrera me pongo al lado de Raquel y comienzo a "currar".
El paso por el primer mil es en 3'57"....ya ni me sorprendo, aunque me siga pareciendo una barbaridad arrancar tan fuerte.
Los primeros kilómetros van transcurriendo en un callejeo constante por dentro de Mollerusa y un polígono con rectas importantes y varios giros en ambos sentidos pero sin ser nunca de 180º , por tanto sin complicaciones.
En el kilómetro tres se une a nosotros una bici, giro la cabeza para mirar lo que pone en el letrero y leo que es el que marca a la tercera chica clasificada en la media maratón...bueno, está bien.
Los ritmos que llevamos son entre 4'06" y 4'10" así que , de momento está sensacional.
En el 6 se vuelve a pasar por la zona de salida donde el padre de Raquel me da un gel para que lo guarde para más tarde.
Iniciamos un kilómetro en línea recta y en ligera pendiente en el que pasamos al lado del ayuntamiento y que nos va a llevar en cuanto lleguemos al p.k. ocho a la salida de la ciudad.
Va a llegar uno de los dos tramos más "duros" psicológicamente de la carrera.
Este primero es una recta de dos kilómetros y medio en el que vamos paralelos a las vía del tren y que se hace muy monótono.
Nos alcanza y sobrepasa el compañero Enrique....yo, estoy empezando a encontrarme muy justo y sé que no voy a poder aguantar esos ritmos mucho tiempo más,.
Llegan a nuestra altura otros dos corredores y decido, por mi bien, descolgarme un poco y quedarme "resguardado" tras ellos..ahora mismo necesito tomar un poco de oxígeno en mis piernas.
Aprovecho ese momento y esa recta para mirar hacia atrás a ver si veo a la siguiente chica clasificada, pero no percibo rastro alguno.
Poco antes de comenzar la única subida reseñable del circuito, la que da entrada a la población de Golmés, vuelvo a ponerme en cabeza junto a Raquel para intentar regularla en ese tramo y que baje un poco el ritmo para aprovechar luego la inercia.
Pasamos por el arco del punto intermedio en poco más de 43'....está sensacional....es para bajar de los 90' sobrados, pero aún queda otro tanto por delante y yo sé que ni mis piernas ni mi cuerpo van a estar para más.
Justo hace una semana estaba corriendo la maratón de Budapest y este cuerpo ya no puede estar para muchas más alegrías.
Llega el segundo avituallamiento de la carrera, sigo el proceso de recoger, dar y luego beber yo...necesito beber un par de tragos largos porque estoy sudando mucho.
Mientras callejeamos por el interior de Golmés camino del 12 , voy "confesando" a Raquel.
Le digo que a no mucho tardar, me voy a quedar, y que cuando llegue ese momento, ni se le ocurra aminorar, que tire para adelante y que me deje, que yo ya llegaré y lo que interesa es que ella conserve esa tercera plaza.
Dicho y hecho...cuando hemos salido del pueblo y pasamos el kilómetro 13, mi cuerpo dice "hasta aquí has llegado chaval".
Resoplo, informo que ya no aguanto más y le paso el gel que llevaba en la mano al ciclista que nos acompaña.
A este le digo que no la deje de animar y a ella que siga igual, que no apriete más y que sobretodo que ¡vaya con cabeza!, porque así seguro que va a "matar" dos pájaros de un tiro.
En cuanto me descuelgo, bajo el ritmo, saco un gel de Biofrutal y lo ingiero tranquilamente.
Necesito oxigenarme y regular para afrontar esos últimos ocho kilómetros para meta que en ese momento se me hacen un mundo.
Además ahora se presentan por delante seis kilómetros por una carretera secundaria de rectas interminables, paisaje de granjas y con apenas público que psicológicamente me pueden suponer la puntilla.
Mis ritmos durante los cuatro siguientes kilómetros desde que me he descolgado han ido subiendo paulatinamente...4'17", 4'19", 4'24" y 4'27" en el kilómetro 16.
Además de la fatiga física se suma , que me están adelantando bastantes corredores a los que no puedo seguir el ritmo y sobretodo ese "ronroneo" de mi pierna izquierda que me hace correr de manera "torpe" durante varios momentos.
Giramos a la derecha en el 17 para poner rumbo a Mollerusa.
Me animo cuando veo el tiempo de paso y marca 4'26" y comienzo a calcular mentalmente.
Si sigo manteniendo esos ritmos, aún yéndome a 4'30" sería factible bajar de los 90' y eso sería, para mí, realmente increíble.
Llego al 18, pita mi reloj, lo miro y marca 4'25".....uf!...voy a estar ahí cerca.
Quedan...sólo o todavía tres kilómetros y espero que estas "patitas" me sepan aguantar.
Poco antes de llegar al 19 me alcanza mi compañero Enrique que ha venido desde atrás recuperando...me anima, creo que ni le puedo contestar porque voy al límite.
Se va alejando pero no me preocupa porque sé que no sería capaz de seguirle en este momento.
Escucho ahora unas voces que van informando de lo que queda para meta..son los guías de la "horatreinta".
Se ponen a mi altura , me dicen un "¡vamos Barbastro que ya está!".
No les puedo ni contestar, aunque se lo agradezco con el pulgar levantado...bastante estoy haciendo con poder aguantarles ese primer arreón.
Llegamos al kilómetro 20, vuelvo a mirar el reloj y veo que ha marcado 4'28".
Ahora, si quiero conseguir ese objetivo, de bajar de los 90', algo que veía imposible antes de empezar la carrera, no me he de despistar y debo echar el poquito resto que me queda en el asador.
En cuanto giramos a la izquierda y comienza una avenida en bajada me lanzo a todo lo que da mi cuerpo y mis piernas.
Todo este último kilómetro es en descenso, así que sólo deseo ir arañando metros en mis piernas y segundos en mi reloj.
Nuevo giro a izquierdas y veo el cartel del 21.
Ya sólo me queda encarar la alfombrada recta final en el Parque Municipal que la hago marcándome un cambio de ritmo increíble, para mi, y cruzar la 109ª línea de meta de una media maratón con un sensacional tiempo de 1h 29' 23", a un ritmo medio de 4'15" el kilómetro.
Esto debe ser la "bondad física eventual" que da correr una maratón recientemente porque si no, no me lo explico.
Tras la meta me espera el buen compañero Enrique, que ha llegado 32" por delante mio y con el que nos fundimos en un abrazo y posteriormente con Raquel que además de haber amarrado ese tercer puesto ha hecho un tiempazo de 1h28'02"..¡bravo!.
Desgraciadamente, no me queda mucho tiempo para entretenerme y poder hablar lo que quisiera con los compañeros y amigos de Mollerusa, ya que, una vez más, me esperaba uno de esos días "machacas" a los que ya está acostumbrado mi cuerpo.
A las dos de la tarde debía estar en el "tajo" trabajando hasta las diez de la noche...una "buena manera de decalentar las patitas".
Bajé a Mollerusa a correr más por la amistad y compromiso con mis amigos de allí (Xavi, Jordi, Ricard, su alcalde Marc, y sobretodo su presi Juli con el que me llevo fabulosamente) y me subí con el vigésimo "sub 90'" de mi vida....ver para creer.
Ahora tocará un poco de descanso y ver mi calendario laboral a ver qué es lo que me permite correr...la ilusión por lo menos, sigue viva.

"Mi mayor ilusión es seguir teniendo ilusiones" .- José Narosky





No hay comentarios:

Publicar un comentario