martes, 16 de agosto de 2016

ENCIENDE LA NOCHE EN SAN SEBASTIÁN

Lo mío creo que debe ser algo de enfermedad crónica, o quizás, es "eso" de la crisis de los 40, que parece que eres joven pero ya no y quieres seguir pareciéndolo aún a costa de hacer alguna "locura" o tontería que otros no harían.
La realidad es que yo, sigo haciéndolas y me siguen dando una vidilla interior que a mi por lo menos me alivia y despeja la mente aunque sea sólo por esos momentos.
Aprovechando un fin de semana plenamente taurino en San Sebastián con la "excusa" de ver a José Tomás me inscribí a una carrera nocturna de 5'5 kilómetros en la noche del sábado.
La prueba recibe el nombre de ENCIENDE LA NOCHE y parte desde el Boulevar donostiarra a las doce en punto, con lo cual, se corre en la ya madrugada del sábado al domingo.
Es una prueba meramente festiva, en la que a la recogida del dorsal te dan una bolsa llena de adminículos fluorescentes y maquillajes de colores para que te pongas y te puedas pintar la cara de forma llamativa.
Para los que me conocen un poquito, sabrán que estas cosas a mí me las traen al pairo y no me gustan nada así que todo eso se lo dí a Paula que es la que lo disfrutó.
Lo sé, soy demasiado "formal"....esto ya no cambiará, y creo que ya, ni quiero.
Yo, sigo siendo "lineal" en mi vida, quizás demasiado y en estos casos soy fiel a mis colores corporativos desde que entré a formar parte del Club en el 2002,  aunque, visto lo visto ya pueda parecer un "rara avis".
El sábado se hizo duro...dormí poco y mal la noche anterior, viaje por la mañana, un paseo por San Sebastián...comer....a los toros...bajar de nuevo al centro....tomar unos pinchos...ver una espectacular colección de fuegos artificiales y hacer hora hasta las doce de la noche para correr.
Mi cuerpo estaba muy cansado y las piernas cargadísimas, pero....si me comprometo con algo, por lo menos, intento cumplir.
Se acerca por fin la hora, la temperatura es muy agradable...bueno....la verdad es que es calurosa a pesar de la hora y del lugar...más de 25º y mucha humedad.
Me voy para la salida, colocándome entre las primeras filas, esas en las que ya había localizado a los que no llevaban nada de disfraces ni colores y supuestamente iban a salir a disputar.
Somos más de 300 "taraos" los que estamos tras el arco de salida para correr esos cinco kilómetros y medio por el centro de San Sebastián en plena Semana Grande.
Cuenta atrás, llegan las doce de la noche y un cohete da la salida.
La cabeza de carrera arranca con fuerza.
Giramos hacia la izquierda y empezamos a bordear toda la playa de la Concha.
Voy bastante adelante así que eso me permite correr sin agobios, ni empujones, algo de agradecer.
El paso por el kilómetro 1 lo hago en 3'43", no está nada mal, no son mis ritmos, pero sí que es verdad que es una carrera corta en la que quiero intentar ir a 4 o "cuatropoco" el kilómetro.
Paso por el kilómetro 2, en 3'51"...a pesar de la pesadez que noto en mis piernas la cosa está yendo, sorprendentemente, bastante bien.
Nos estamos dirigiendo hacia casi el ecuador de la prueba, situado en el interior del Real Club de Tenis de San Sebastián, donde nos espera una sorpresa con la que yo no contaba.
Giro a la izquierda para entrar en la pista de tenis y allí me sale del alma un..."¿pero que coño es esto?"..
Han puesto cintas de un lado a otro de la pista que hay que atravesar saltando como si se tratara de una pista americana, mientras te riegan con una manguera , para finalizar saltando la red de la pista central de tenis.
Bueno, me lo tomo con calma y con humor, porque la carrera tiene ese fin de diversión, así que las paso sin complicaciones , que no es plan de pegarme un "leñazo" tonto, y cuando salgo de la pista, arranco de nuevo con fuerza a correr.
Saliendo de la pista de tenis está el kilómetro 3, que lo paso en 4'03"...a pesar de ese "contratiempo" con el que no contaba , el tiempo tampoco se ha ido mucho.
Tras una pequeña rampita nos metemos ya en pleno paseo al lado de la Concha, teniendo en muchos momentos que sortear a gente que va paseando.
Aunque debo decir que, pese al gentío enorme de personas que había por las calles, la organización dispuso de muchísimos voluntarios que indicaban y daban una seguridad enorme a los corredores, felicidades por ello al Club Bera Bera.
Mi reloj pita al paso por el kilómetro 4, es en 4'05", el más lento hasta ahora, pero sabiendo lo que me queda hasta meta, sé que la marca va a ser más que digna.
El público que está pendiente de la prueba, y que es muchísimo, anima una barbaridad, algo muy habitual en esta tierra y eso hace que uno se venga arriba, a pesar de que los gemelos me estén "quemando" y me quede poco resuello.
Bajo el Hotel Londres, suena el quinto "beep" de mi reloj....tiempo, 3'59"....ya sólo me queda el giro a la derecha y la recta de meta.
Veo el reloj del fondo que acaba de alcanzar los 21', aprieto y cruzo la meta con un tiempo de 21' 25" a una media de 3'55" el kilómetro y lo que está genial....en el puesto 20º de la general de esos más de 300 corredores..no está mal para acabar un día largo y duro, ni ser una distancia propicia para mi.
Estoy empapado de sudor, pero muy satisfecho con lo que le he sabido sacar a estos cascados cuatro huesos.
Tras el avituallamiento. mi cuerpo sólo pide una ducha y la cama para descansar. algo que tardaría ,todavía, más de una hora hasta que pudimos coger el bus de regreso al Hotel.
Esta "carrereta" sólo ha sido un pequeño "inciso diferente" dentro de la preparación para la maratón de Budapest, que es el gran objetivo del año.
Tras la ducha y dormir seis horas..a las ocho de la mañana de ese gran domingo taurino,  arrancaba de nuevo a correr 16 kilómetros suaves...esta es la "droga" que me evade.

"A donde el corazón se inclina, el pie camina"




No hay comentarios:

Publicar un comentario